¡Vengan de a uno!
Extraído del libro "Sobreviviendo a la violencia", por el Lic. Marcos Castro
Protegerse físicamente frente a un solo criminal, ya es algo muy complicado y riesgoso. Multiplica ese riesgo por varias personas, y caerás en la realidad de que tal vez sea imposible protegerse contra varias personas al mismo tiempo.

Defenderse contra más de un atacante no es como en las películas. Los criminales no hacen fila para golpearte de a uno. Una situación real de esta naturaleza es más como cientos de abejas atacando a la vez. Y por una cuestión natural del ser humano, es imposible bloquear cuatro, seis, ocho o más brazos y piernas a la vez, y más aún si están armados.

Tal vez la mejor defensa nuevamente sea correr, o utilizar algún arma. Pero en caso que no haya otra posibilidad, en este apartado intentaré explicar algunas cuestiones para, al menos, disminuir el daño que nos puedan generar. El resto, dependerá en gran medida del factor suerte.

Interactuar inteligentemente

Puede ser vital aprovechar la interacción para lograr que tu ofensiva tenga éxito. Genera sorpresa, acércate a la salida, distrae al grupo, aproxímate a algún objeto que puedas improvisar como arma.

No dejar que te rodeen

Si bien es muy difícil defenderse contra mas de una persona, más difícil es aún si algunas están adelante y otras en tu espalda.

Cualquier situación donde percibas las intenciones de rodearte, es una situación que se está tornando muy riesgosa. Tal vez sea el límite que estabas esperando en la interacción.

Evaluar a quién atacar primero

Aquí más que nunca, tomar la iniciativa tal vez sea tu única oportunidad de terminar con vida. Pero, ¿a quién atacar primero?

En caso que alguno esté armado, ese debería ser el primer blanco de tu ataque.

Si ese no es el caso, deberías atacar primero a quién esté más cerca, que es quién posiblemente pueda dificultarte el escape o golpearte primero.

Si están todos a la misma distancia, la elección tendría que ser quién está cubriendo tu escape.

En caso que ninguna de las situaciones anteriores se da, ataca al aparente líder del grupo. Todos tienen algún líder, y ver como su referente es vencido puede impactar duramente en la mentalidad del grupo. Para identificar al líder, habitualmente solo debes fijarte en quién es el que más habla.

Utilizar sus cuerpos como obstáculos

Debes procurar estar siempre enfrentando a una persona a la vez. Para eso, desplázate rápidamente para tratar de que el resto del grupo quede detrás del individuo a quién estás atacando.

Incluso puedes empujarlos para que se golpeen entre ellos y cada uno sea un obstáculo para llegar hacia tu cuerpo.

En todo caso, jamás se te ocurra cruzarte por el medio. Si lo intentas, posiblemente sólo sea un camino de ida.

Conservar la movilidad

Un blanco móvil es más difícil de alcanzar que un blanco estático. En esta situación, este concepto se vuelve de vida o muerte.

Nunca acorralarse contra una pared

Muchos expertos en defensa personal aconsejan acercarse a una pared para asegurarse que nadie nos ataque por la espalda. Creo que es un error fatal por la razón explicada en el punto anterior (movilidad). La manera que nadie te ataque por la espalda debes lograrla a través de buenos y rápidos desplazamientos, y no acorralándote contra una pared, para facilitarle el ataque al grupo.

Dar un ejemplo con tu ataque

Debes demostrar rápidamente con hechos que estás dispuesto a defenderte físicamente a cualquier precio, aunque esto signifique lesionar severamente al primer individuo que ataques. Con suerte, harás dudar a tus atacantes y posiblemente abortar su ofensiva.

Nunca detenerse hasta poder escapar

No puedes darte el lujo de descansar. Más vale que logres escapar rápidamente, sino la exigencia física que requiere mantener una confrontación física real durante varios segundos, puede ser lo último que hagas en tu vida.


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