La regla del 80-20 en defensa personal
por el Lic. Marcos Castro
La famosa ley de Pareto del 80-20 se aplica también para Defensa Personal, y debería ser la guía para definir un correcto programa de aprendizaje. Por eso mismo nosotros tratamos que nuestros programas del SPAD ® reflejen esta regla.

De todos los conocimientos posibles que uno puede aprender para protegerse de la violencia, existe un 20% de los mismos que servirán para resolver el 80% de las situaciones en las que un individuo promedio pueda alguna vez verse involucrado. Por otro lado, existe un 80% de conocimientos restantes que servirán para resolver el 20% de los hechos restantes (los menos probables).

Si bien, en teoría, el abanico de situaciones y ataques que un individuo puede realizar es ilimitado y depende de la imaginación humana, seamos sinceros y realistas. Es muy poco probable verse enfrentado con algún experto en negociación y manipulación de comportamiento, un experto en artes marciales que te lance patadas al rostro, alguien que sea un excelente peleador en el suelo, o un experto en combate con cuchillos. Si nos ponemos a estudiar cuáles son las situaciones y ataques que suelen realizarse en la realidad, difícilmente podamos hacer un listado que supere las 20 o 30 diferentes. Los delincuentes o peleadores callejeros habitualmente atacan en formas similares, y los diálogos se repiten una y otra vez.

¿Será que tienen poca imaginación? ¿Será que los ataques efectivos y seguros son sólo unos pocos y por eso prefieren utilizar siempre los mismos? o ¿será porque cuando alguien está estresado, nervioso y adrenalizado el cerebro sólo permite concentrarnos en habilidades motoras muy simples, como lanzar puñetazos, alguna patada sin mucha técnica, agarres de cabello, rasguñar, tironear de la ropa, estrangular, escupir, embestir, empujar, ...?

Tal vez la respuesta sea una mezcla de todo lo anterior, pero de la cantidad de situaciones y confrontaciones físicas reales en las que tuve la desgracia de participar o presenciar, y de las cientos de anécdotas de alumnos, se repiten una y otra vez los mismos modos de operar y forma de pelear.

Entonces, ¿qué incluye ese 20% de conocimiento esencial?

En primer lugar, ser muy bueno previniendo robos, asaltos, secuestros y ataques. Saber controlar el miedo y las emociones durante la situación para no bloquearte mentalmente. Ser capaz de decidir racionalmente bajo presión de acuerdo a la evaluación que hagas de la situación. Y ser muy hábil disuadiendo al agresor, manipulando su comportamiento y negociando el hecho. Con todo esto, ya habrás reducido en gran proporción el abanico de situaciones posibles en las cuales puedas verte involucrado en tu vida.

En segundo lugar, y en caso que todo lo anterior falle, lo cual ocurrirá en muy pocas circunstancias si realmente eres diestro en esas habilidades, deberías ser muy bueno identificando límites en la situación, identificando un ataque físico inminente, y sabiendo cómo atacar primero sin dejarle opción a contragolpear y posteriormente poder escapar, o ir a buscar un arma.

También podríamos incluir dentro de este 20% de conocimiento, cómo protegerte durante una amenaza con arma blanca o arma de fuego (amenaza y no ataque, porque si eres realmente hábil disuadiendo, negociando y manipulando su comportamiento, es poco probable que él tenga una justificación cómo para atacarte frenéticamente), amenazas verbales con agarres de solapa, cabello, o cuello pero sin golpearte (por la misma razón anteriormente nombrada), y cómo protegerte si el atacante se decide a lanzar algún golpe simple, más con el propósito de estudiar tu respuesta que para hacerte daño.

Por lo tanto, ¿cuál sería el 80% restante de conocimiento?

El necesario para llegar a ser un peleador experto tanto en combate de pie como en el suelo, lo cual lleva años de aprendizaje. Sin embargo, si vuelves a repasar el listado anterior del 20% de conocimiento necesario, verás que aplicándolo es muy poco probable que te veas enfrentado a un ataque por sorpresa (lo que significa un error de prevención), o que te veas envuelto en una pelea ida y vuelta (lo que significa que no eres lo suficiente contundente y efectivo al atacar y por lo tanto le permites un contragolpe a tu atacante), o que alguien te quiera apuñalar frenéticamente (lo que significa tanto un error de prevención como de interacción -¿porqué razón llegó a ese extremo de querer asesinarte sin mediar palabras?-).

No estoy diciendo que es imposible sufrir un ataque por sorpresa de alguien que quiera apuñalarte sin mediar palabras, o de alguien que comience a estrangularte por ninguna razón aparente y sin diálogo previo. Estoy diciendo que si eres diestro en ese 20% de conocimiento anteriormente nombrado, es muy poco probable que te ocurra.

Por lo tanto, ¿prefieres utilizar el 80% de tu tiempo de entrenamiento practicando como protegerte de ataques poco probables como patadas al rostro con salto, una técnica de palanca en el suelo, o un agarre muy sofisticado? ¿O emplear ese 80% de tu tiempo de entrenamiento practicando cómo protegerte de los ataques y situaciones más probables y dejando el 20% de tiempo restante para situaciones más complicadas?

Haz un listado sincero y realista con las 20 o 30 situaciones y ataques que consideras más probables. Ocúpate primero de ser muy hábil para protegerte de éstos. Recién luego de ello, comienza por el camino de ser un experto en protegerte de toda clase de situaciones de violencia, incluyendo aquellas en las que muy difícilmente alguna vez puedas verte involucrado. Esa es la manera de emprender el verdadero camino hacia tu seguridad personal. Esa es la manera que elegimos en la Organización SPAD ®.


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