Es frecuente creer que tomar un curso de defensa personal para civiles, para policías o para militares, sirve por igual. Pero existen diferencias básicas entre los tres cursos que pueden generar serias confusiones, y pueden incluso ser contraproducentes para el cursante.

Gran parte de esta confusión la generan los instructores poco capacitados y que en su afán de conseguir alumnos, promocionan su método de autodefensa para civiles como mejor o más efectivo por estar basado en defensa militar. Y peor aún cuando promocionan su curso de autodefensa policial como si fuera un curso de defensa personal militar.

Ya para empezar a aclarar dudas, los fines que debe perseguir el programa de enseñanza para estos tres grupos diferentes de cursantes (civiles, policías y militares) son diametralmente opuestos:

1. El fin del civil debería ser evitar a toda costa involucrarse en una situación real de violencia, y si lo hace, defenderse físicamente lo suficiente para poder escapar. Y para tal fin, lo más probable es que un civil no esté armado durante la mayor parte del día.

2. El fin de un policía es interceder en situaciones de violencia, tomando el menor riesgo posible y utilizando progresivamente desde el medio menos letal para resolver el conflicto hasta el medio más letal sólo en casos extremos. Por tal razón, la secuencia debería ser: sin armas - con palo, tonfa y/o aerosoles (si están permitidos) - arma de fuego (casos extremos).

3. El fin de un militar es involucrarse en conflictos armados, con el fin de neutralizar completamente al enemigo. Por tal razón, la secuencia es exactamente la contraría a la que utilizaría un policía: fusil - pistola - cuchillo - sin armas, comenzando por lo más letal y utilizando lo menos letal, sólo en los casos que no hay un arma de refuerzo, y con el fin principal de volver a armarse.

Pero eso no es todo. Ahondemos en más detalles...

Un militar en la guerra tiene permitido matar al enemigo y por eso utilizará técnicas letales. Tanto un civil como un policía deben evitar lo máximo posible generar lesiones serias al agresor. Esto tiene serias repercusiones legales que obligatoriamente un curso de defensa personal tiene que considerar.

El lugar más probable donde se produzca una confrontación física para el militar, es en un campo de batalla (desierto, selva, montañas, aire libre, etc.), para un civil o un policía lo más probable es verse involucrado en la ciudad y lugares cotidianos.

La clases de situaciones en las que los tres grupos pueden verse involucrados son muy diferentes: asaltos, peleas incidentales, abusos sexuales.... neutralizar a un centinela, cuidar un objetivo.... asistir en una manifestación pública, allanar una vivienda.... sólo por nombrar algunas situaciones.

Tanto para los militares como los policías, lo más probable es que nunca estén solos al momento de involucrarse en una situación de violencia, y que entrenan tácticas de trabajo en grupo. El civil es altamente probable que esté sólo o por lo menos sin alguien en quién apoyarse.

Un militar o un policía están habitualmente armados. El civil no. E incluso las armas de un policía y un militar son diferentes: fusil, pistola, cuchillo, granadas (por nombrar algunas) por un lado... tonfa, palo, pistola, aerosol (dependiendo reglamentación) por otro lado.

Un civil y más aún un policía, deberían saber aplicar técnicas de negociación y disuasión de agresores... un militar habitualmente va directo a la confrontación física.

Estas son sólo algunas diferencias básicas, que si prestas atención, harán que el programa de enseñanza difiera considerablemente. Y por otro lado, al militar no le servirá aplicar la mayoría de los conocimientos que se le enseñan a un civil... si el civil aplica lo que se le enseña a un militar podría ir preso fácilmente, y lo mismo para el policía... y el civil no tiene por qué verse involucrado en situaciones muy características que vive un personal policial.

Por lo tanto, no hay que dejarse confundir por los instructores poco capacitados o que quieren a propósito confundir a la gente, o conseguir clientes a toda costa. Hay que tener muy en cuenta cuáles deben ser los fines que debería perseguir la capacitación a realizar, y tomar cursos con instructores capacitados y academias serias.

En última instancia, quién deberá aplicar los conocimientos en una situación y luego lidiar con las consecuencias, no será tu instructor, sino tu mismo.


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