Este año quisiera enfocarme en una característica que poseen las personas que, muchas sin entrenamiento en defensa personal, han sobrevivido a las peores situaciones de violencia, y esa característica es: la determinación de sobrevivir.
Esto es más importante que cualquier técnica, táctica o arma. La motivación para “aguantar” el dolor, no rendirse, sacar fuerzas de cualquier lado y sobreponerse. Ser un experto sin tener esa actitud de sobreviviente, no sirve para nada.
Conozco más gente que ha sobrevivido sin saber métodos de defensa personal, que gente que sabiendo ha sobrevivido.
Y habiendo tenido cientos de alumnos, me doy cuenta que poca gente tiene esta actitud. Muchos son buenos técnicamente, pero tengo mis dudas si podrán sobrevivir a una verdadera situación de violencia extrema, y esto se convierte en una de mis peores preocupaciones como Instructor.
La gente que sobrevive, acepta la realidad que le está tocando vivir, tiene la capacidad para dejar de lado el dolor, tiene el profundo convencimiento de que “va a volver a su casa a estar con su familia” sin importar por lo que tenga que atravesar. Sabe que va a ser duro pero no es imposible. Su determinación se siente, se percibe.
Entonces, para un criminal se torna muy difícil pelear contra alguien así. De pronto se da vuelta la ecuación víctima – victimario, y muchas veces es el criminal que termina escapando despavorido.
De los varios casos que conozco de gente que ha sobrevivido a hechos de violencia, utilizando sólo su “determinación de sobrevivir”, me viene a la mente el caso de una estudiante universitaria que estaba durmiendo en el campus de la universidad. De pronto se despertó al sentir que algo se apoyaba en su cama. Cuándo abrió los ojos vio a un hombre con los pantalones bajos, sentado al borde la cama con un cuchillo en su mano y acariciándole la pierna.
Ante semejante escenario, la víctima intentó gritar pero este hombre se subió encima de ella, le tapó la boca con su mano y le puso el cuchillo cerca de la cara para intimidarla aún más.
La mujer, decidida completamente a sobrevivir a ese hecho de violencia y no dejarse abusar, sin dudarlo tomó el filo del cuchillo con una mano (sí, el filo del cuchillo) y comenzó a lastimar al hombre con la otra mano.
Por supuesto su mano comenzó a sangrar, pero ella no sentía dolor, ni le importaban los daños a su mano. Lo único que tenía en mente era “este hijo de puta no va a poder conmigo, violarme va a ser lo más difícil que hayas hecho en tu vida”.
El hombre en la desesperación de defenderse, y al no poder volver a tener dominio sobre el cuchillo (que estaba aferrado con toda la fuerza por la víctima) optó por soltar todo y escapar. Pero al tener los pantalones bajos, no podía correr rápidamente.
Entonces la mujer en su estado de furia, se le abalanzó encima y le clavó el cuchillo en el rostro.
La situación se había revertido completamente. El mensaje que le había dado ella era tan fuerte, primitivo, profundo (“no me importan los daños, ni el dolor. No vas a poder conmigo y voy a lastimarte mucho”) que el criminal instintivamente trataba de escapar y… sobrevivir.
Finalmente logró escapar dejando un rastro de sangre por todo el lugar, y ella sobrevivió sólo con lesiones en su mano.
Esta historia real no es un ejemplo de técnicas para desarmar a un criminal (en efecto, no sugiero agarrar el filo del cuchillo), pero sí de la “determinación de sobrevivir”.
Esto es algo que algunos lo tienen innato, y otros tienen que desarrollar. Pero eso es más importante que cualquier técnica y es lo que le falta a muchos practicantes que el aspecto técnico lo tienen mas o menos resuelto.
Aceptar la realidad. Tener en claro por qué pelear y por qué NO pelear. Tener la decisión de sobrevivir tan profundamente arraigada que no importe el dolor (en efecto, no suele doler bajo el efecto de la adrenalina y el caos de la situación). Convertir el miedo (que va a existir, y es justamente lo que te lleva a protegerte) en indignación, y eso en motivación. Ser positivo.
La gente que tiene esa determinación por sobrevivir, ya tiene gran parte del problema resuelto. Si además le sumamos conocimientos técnicos realistas y efectivos, estamos frente a un nato sobreviviente. Y eso me deja tranquilidad como Instructor.
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